La historia de nunca acabar.

Es simplemente increíble. Debido a las correas trapezoidales y al nuevo alternador, que presumiblemente no habría tenido que ser reemplazado en absoluto, ahora estoy en mi 7ª (séptima) visita al taller.

La risa se me atasca lentamente en la garganta.

En una de las próximas entradas del blog, explicaré y describiré esto en detalle. También para los «talleres especializados competentes».

Posiblemente también para una evaluación legal.

¿Qué había pasado? En Alemania, en lugar de simplemente reemplazar una correa trapezoidal desgastada, me vendieron e instalé un alternador completamente nuevo.

Esto había funcionado durante exactamente 5 minutos. Después de eso, el mismo problema. Pero lo explicaré en detalle más adelante.

En el último taller, aquí en España, se cometió un gran error a la hora de atornillar/montar, incluyendo una nueva correa trapezoidal para el alternador de las baterías de arranque.

Declaración del técnico de hoy:

«El problema es que dos poleas están desalineadas. Y que no se instalaron arandelas durante la instalación del nuevo alternador. Pero son necesarios en esta configuración».

Consecuencia: AMBAS correas trapezoidales estaban tan cargadas que olía a goma, el motor tenía muy poca potencia para conducir y que ambas correas trapezoidales se rompieron.

¡Grosero!

Tengo curiosidad por ver hasta qué punto la «GARANTÍA DE CALIDAD DEL HOMBRE» se refleja en esta visita al taller. ¿Vuelve a ser el cliente el estúpido?